sábado, 8 de mayo de 2010

Celebran en Haití la alegría de la Pascua en medio de la muerte



[Episcopal News Service] Durante la Semana Santa y la Pascua, era evidente el espíritu de resurrección en las iglesias episcopales de Haití, desde la capital Puerto Príncipe hasta las zonas rurales.

"El devastador terremoto del 12 de enero de 2010 no nos impide cantar gozosos y alegres, 'Aleluya, ha resucitado' en esta temporada pascual", dijo Jean Zaché Duracin, Obispo de la Diócesis Episcopal de Haití, en su homilía de Pascua, leída la mañana del Domingo de Pascua en todas y cada una de las congregaciones de la Iglesia Episcopal Haitiana.

"Aunque tenemos problemas, no estamos solos", dijo Duracin, mientras pedía a los haitianos que avanzaran a lo que llamó una "nueva creación".

"Tenemos que poner nuestra fe en acción para que el Señor pueda venir a liberarnos, porque no está lejos de nosotros, está dentro de nosotros y entre nosotros. Está sufriendo con nosotros, para poder levantarnos y que nos regocijemos. Así que, tenemos que ser justos, tenemos que amarnos los unos a los otros, en solidaridad y fraternidad, con respeto los unos por los otros y por nuestro medio ambiente, pues no podemos destruir la maravillosa creación de Dios".

Las proclamaciones de resurrección en medio de la devastación de Haití y ante un futuro difícil hicieron eco por toda la diócesis.

Duracin predicó su homilía ante varios cientos de personas reunidas en una estructura en su mayoría techada pero sin paredes, construida a base de postes y erigida sobre las ruinas de la Catedral de la Santísima Trinidad, las cuales son visibles detrás y a la derecha de la estructura.

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