lunes, 20 de abril de 2009

Vida Anglicana- Pascua 2009


Editorial

“No se asusten. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. Ha resucitado; no está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Vayan y digan a sus discípulos, y a Pedro: 'Él va a Galilea para reunirlos de nuevo; allí lo verán, tal como les dijo. Entonces las mujeres salieron huyendo del sepulcro, pues estaban temblando, asustadas. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.” (Mc 16,6b-8).


Con frecuencia, en las Escrituras se les ha pedido a personas de fe que no tengan miedo cuando Dios está a punto de obrar grandes portentos en sus vidas. A veces cantamos el corito: “¡Abre mis ojos, quiero ver a Cristo!” Pero, ¿qué es lo que queremos ver? ¿A quién buscamos? Aún más importante, ¿estamos preparados para recibir lo que nos venga de lo alto?


Las mujeres muy temprano fueron al sepulcro de Jesús a embalsamar el cadáver, cosa que no pudo hacer José de Arimatea porque el sábado se echaba encima. Encuentran la piedra corrida y el sepulcro vacío. Despavoridas por la desaparición del difunto y sin poder explicárselo, se refugian en el silencio.

Tal vez fuera bueno preguntarnos a nosotros mismos. ¿A qué venimos a la iglesia? ¿Venimos porque esperamos encontrar a Jesús? ¿Tal vez nosotros quisiéramos oír también la promesa de que sí lo encontraremos.

En la Pascua celebramos el día más grande de la fe cristiana. En esta Pascua nos damos cuenta de que servimos a un Cristo resucitado, a un Cristo vivo. ¿Qué significa eso para nuestras vidas? El Dios del universo nos visitó, vivió entre nosotros, murió por nosotros, fue sepultado y resucitó.

¿Qué significa todo esto?

Dios nos ha dado un gran regalo por medio de Jesucristo. Nos ha ofrecido algo gratis, sin que nos cueste nada y, sin merecerlo, nos ha dado vida. El precio de recibir ese regalo de Dios fue pagado en la cruz. Ahora se nos llama a compartir con los demás lo que hemos recibido. Se nos llama a compartir el regalo de Dios.

Cuando vamos buscando a Jesús, esto es lo que podemos encontrar: nada y todo, al mismo tiempo. Un Jesús que no podemos ver con los ojos físicos, y un Cristo tan verdadero que lo podemos sentir. Este es el regalo que Dios nos da. Este es el significado de la vida. En él encontramos sentido para nuestra vida. Porque él vive, nosotros también podemos vivir. Porque él resucitó, nosotros también podemos resucitar. “Pero, ¡si nosotros no estamos muertos!”, me pueden decir. Puede ser, pero ¡tampoco vivimos una vida nueva!

Cristo murió para que nosotros pudiéramos darle un sí a Dios. Ese sí nos trae una transformación llamada conversión. Conversión significa lo siguiente: un cambio de lo que éramos antes a un vivir nuevo.

Dios, por medio de Jesucristo, nos extiende una invitación para transformarnos en nuevas criaturas, por su medio se nos ofrece la oportunidad de que nuestra existencia tenga un nuevo significado, por su medio podemos vivir una vida nueva de fe en Dios. Pensemos seriamente esto. ¿Qué clase de Dios es este? Dios inicia la relación. Dios se entrega a la muerte en la cruz, por nosotros. Dios nos da el poder para aceptarlo. ¿Qué nos falta para entregar nuestras vidas a Cristo?

Hoy, Dios nos está invitando a que formemos parte de la relación personal más importante de nuestras vidas, relación con él. Dios ha mostrado su amor al morir y resucitar por nosotros. La maravilla es que no somos nosotros los que buscamos a Jesús, sino que él ya nos busca para reconciliarnos con él y los unos con los otros.

¿Por qué nos busca Dios? Dios quiere que compartamos nuestra vida con él, entregando nuestras vidas a Cristo. Entonces nos convertiríamos en apóstoles. Pertenecerle a Cristo significa llevarlo al mundo donde vivimos. Si queremos que nuestra iglesia cambie y sea lo que Dios desea, primero tiene que darse un cambio en nuestro interior.

Hoy es Pascua de Resurrección, día en que se renuevan los votos bautismales. Día en el que nos comprometemos con el Señor. Esta es nuestra gran oportunidad de entregar nuestra vida a Cristo de una manera consciente y responsable. El futuro de la Iglesia depende de la renovación de nuestra alma, porque sólo así ésta se elevará a ser lo que Dios desea para el bien de la comunidad. Hermanos y hermanas, que Dios nos dé la gracia para que entreguemos nuestra vida a Cristo esta Pascua de Resurrección.

Es Verdad, el Señor ha resucitado, ¡Aleluya!


Por Rvdo. P. Hernan Villalba*.


Veinte siglos de vida cristiana sustentada en la resurrección de Cristo y aún seguimos viviendo en una cultura de muerte, de desesperanza y de crisis existencial causada por el fantasma de la guerra y el terrorismo…basta mirar los titulares de nuestros diarios para darnos cuenta de la cultura de muerte que nos agobia.


Los cristianos proclamamos “¡Es verdad, el Señor ha resucitado, Aleluya!”, pero, ¿vivimos lo que proclamamos? ¿El estilo de vida de nuestras comunidades es de resurrección y de vida? ¿Por qué muchos de nuestros templos se llenan para celebrar el Viernes Santo, la pasión y la muerte de Cristo y no sucede lo mismo para celebrar la gran vigilia pascual?


¿Cuál es el Cristo que celebramos? En 1 Corintios 15,3-5 San Pablo afirma: “Porque les transmití en primer lugar lo mismo que yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, que fue sepultado y que resucito al tercer día según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y después a los doce…” fue el testimonio de unos intrépidos hombres que tuvieron la experiencia de Cristo resucitado, el motivo para que muchos creyeran, se convirtieran y entregaran sus vidas al Señor. En una palabra, para que aceptaran la salvación, como lo afirma Pablo: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de entre los muertos, serás salvo…” (Romanos 10, 9).


La base del cristianismo es la resurrección de Cristo “…y si Cristo no resucitó, su fe es vana: están todavía en sus pecados” (1 Corintios 15,17) y también hubo hechos que aun celebramos que llevaban a los primeros cristianos a experimentar a Cristo resucitado. Dos textos que mucho me han llamado la atención al respecto son: Lucas 24, 13-ss, donde los discípulos de Emaús reconocen al Señor resucitado en la fracción del pan, y Juan 21,1-14 donde Cristo se manifiesta a sus discípulos en lo ordinario de sus vidas de pescadores…en ambos textos Cristo resucitado se presenta para restaurar la esperanza rota y la fe desecha de sus discípulos. Esos discípulos fueron los que después irían aún a costa de sus propias vidas a proclamar a ese Resucitado que era la razón de ser de sus vidas en ese momento.


Celebrar la Pascua, celebrar la Eucaristía, celebrar los sacramentos, debe llevarnos a vivir a Cristo resucitado a través de la fe en la Palabra. Es la celebración de fe la que fortalece nuestra esperanza y la que permite que vivamos la resurrección, para que proclamemos con nuestras vidas y con la vida de nuestras comunidades que Cristo es la esperanza en medio de un mundo sumido en la desesperanza y en la cultura de muerte.


El estilo de vida de los primeros cristianos fue pieza clave para que muchos creyeran y aceptando a Cristo se enfilaran en esa comunidad llamada Iglesia.


“Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús…” (Hechos 4,33).


* El Rvdo. P. Hernan Villalba es sacerdote de la Iglesia Episcopal Puertorriqueña.
(Tomado de la revista Credo Cuaresma-Pascua 2007)

La estación Pascual

La Vigilia pascual es la piedra angular sobre la que gira y se funda todo el año cúltico y eclesiástico. Todos los bautismos celebrados durante el año hacen referencia al rito de este día. Todas las eucaristías celebradas durante el año son como la repetición de lo celebrado en esta liturgia. En esta celebración recordamos los eventos claves de salvación: la pascua judía que celebra la salida de la esclavitud en Egipto a la libertad de la Tierra Prometida, la pascua de Jesucristo pasando de la muerte a la resurrección, y nuestra propia pascua superando la esclavitud del pecado y resucitando a una nueva vida que nos da el Cristo resucitado. La Vigilia abre el tiempo pascual con el retorno del Gloria y del Aleluya, suprimidos durante la Cuaresma. Además, la Pascua, o el domingo de Resurrección, es el primer día del tiempo pascual.

Aunque no hay vestigios cristianos de esta fiesta en el Nuevo Testamento, se daba una práctica de la que ya hay testimonio claro en el siglo III. Según la Tradición Apostólica, en esa época todos los bautizos tenían lugar en la gran Vigilia pascual.

En tiempo de los sacramentarios, la Vigilia se iniciaba encendiendo el nuevo fuego y cantando el Exultet. Este es un canto que se remonta por lo menos al siglo IV. Esa es la primera palabra del canto cuyo inicio dice así: "Exulten por fin los coros de los ángeles, exulten las jerarquías del cielo, y por la victoria de Rey tan poderoso que las trompetas anuncien la salvación". Continuaba una serie de entre cuatro y doce lecturas del Antiguo Testamento, entre las cuales había salmos, cánticos y oraciones. Normalmente los temas de las lecturas eran: la creación, la caída, el diluvio, el sacrificio de Isaac, la pascua, el paso del mar Rojo, la entrada en la tierra prometida, Isaías 4 y 55, el valle de los huesos secos, y Jonás. Después se bendecía el agua de la pila bautismal con una fórmula repleta de imágenes bíblicas; en algunas partes se asperjaba a la gente como recuerdo de su propio bautismo. Se llamaba a los candidatos al bautismo para que hicieran las renuncias y la profesión de fe. Después de la inmersión en el agua se les ungía con el aceite bendito. En el rito galicano, un sacerdote con cargo destacado lavaba los pies de los nuevos bautizados. A los bautizados se les vestía con ropas blancas, (que debían llevar durante varios días), y luego se celebraba la eucaristía, en la cual todos comulgaban sin importar la edad.

A medida que se empezó a bautizar a los niños al poco tiempo de nacer, la Vigilia pascual dejó de ser el día principal para los bautizos. Los ritos de este día se acortaron, y la ceremonia empezó a celebrarse el sábado por la tarde.
El Libro de Oración Común de 1549 tampoco ofreció una liturgia especial para la Vigilia, los temas asociados al bautismo se incluyeron en la liturgia del día de Pascua. El nuevo libro de oración de l979, recobra al máximo la liturgia de la Vigilia pascual, con sus cuatro partes principales: el servicio de la luz, la liturgia de la palabra, los bautismos o la renovación de las promesas bautismales, y la santa eucaristía.
Tiempo Pascual
El tiempo pascual tiene su antecedente en el período de tiempo que transcurría de la pascua judía a la fiesta de las Siete Semanas o Pentecostés, mencionado en el Levítico (23, 15-16). Los cincuenta días que van del domingo de Resurrección al de Pentecostés marcan el tiempo pascual. Este es un tiempo de alegría y exultación. En realidad es una extensión de la Pascua. Según san Atanasio todo este tiempo es como "un gran domingo".

Los ocho días siguientes a la Pascua se equiparan a las solemnidades del Señor. En el siglo IV se introdujo la fiesta de la Ascensión a los cuarenta días de la Pascua, y Pentecostés se convirtió en la solemnidad de la venida del Espíritu Santo. Posteriormente, los domingos del tiempo pascual apenas tenían relevancia; la unidad originaria de la cincuentena se había perdido. La reforma litúrgica moderna, ha recobrado la unidad y coherencia de todo este período pascual.

Estrechamente relacionada con los grandes misterios, tenemos la festividad de la Santísima Trinidad, que se celebraba el primer domingo después de Pentecostés, como colofón del misterio trinitario (Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo). La devoción a este misterio se inició en la Edad Media. Se introdujo en el calendario romano en l334, y alcanzó gran difusión a través del misal promulgado por Pío V en 1570.

Durante el tiempo pascual, incluido el día de Pentecostés, se leen los Hechos de los Apóstoles en la primera lectura.
Tomado del libro: Introducción al Culto, por Isaías A. Rodríguez
(Ministerios Hispanos Iglesia Episcopal EU)

Sínodo 2009: Dificultades en el camino.

El presidium del Sínodo dirigió y escuchó atentamente todos los planteamientos de los delegados (Foto: Vida Anglicana)
Por Rodrigo Contreras*.


El pasado sábado 7 de marzo del presente se llevó a cabo en las instalaciones de la Parroquia de San Juan Evangelistas, en San Pedro Mártir el 96° Sínodo de la Diócesis de México.


Como es costumbre el Obispo Carlos Touché dio la bienvenida a todos los asistentes y los invitó a ponerse en la presencia de Dios y poner en sus manos todos los trabajos que se realizarían en el Sínodo. Luego del pase de lista por el secretario del Sínodo, el R.P. Salvador Martínez Ríos, el obispo presentó y dio la bienvenida a los visitantes, en primer lugar al representante de nuestra Diócesis hermana de Utah el Revdo. Canónigo Pablo Ramos González, hijo del Revdo. Pablo Ramos, deán de nuestro seminario y en segundo lugar al Rvdmo. Obispo Martiniano García, anterior Obispo Primado de la Iglesia Anglicana de México.


El Canónigo Pablo Ramos González transmitió los saludos de nuestra Diócesis hermana y nos explicó que por la renuncia de la obispa de la Diócesis de Utah, la Revdma. Carolyn Tanner Irish, la cual se hará efectiva a partir de septiembre del 2010, no fue posible que el Padre David Bayley y su esposa Anne nos acompañaran y pidió nuestras oraciones para que la nueva elección sea todo un éxito y así seguir trabajando en la construcción del Reino de Dios, y nos deseó todo un éxito en nuestro Sínodo Diocesano.


Posteriormente el Obispo Carlos presentó a los nuevos clérigos de esta Diócesis: el Revdo. P. Sergio Hernández Carrera, el cual, fue ordenado el 29 de marzo del 2008 y ahora es vicario de la congregación de San Lucas.


Y al Rvdo. Diacono Benjamín Isaac Long, quien no pudo asistir por encontrarse en Estados Unidos ya que él expreso su deseo de estar en una comunidad de habla inglesa y dado que no hay vacantes en ninguna de las que hay en México por cuestiones de presupuesto sería imposible para la diócesis sostenerlo económicamente, así que él estará trabajando en EU aunque mantendrá su residencia canónica en México lo cual es posible. El Obispo Carlos Touché llevó a cabo su ordenación al presbiterado Long el pasado 28 de marzo en la Parroquia de Saint Paul en Houston, Texas.


Luego de que el orden del día y el acta del Sínodo anterior se pusieron a consideración de la asamblea y fueron aprobadas por unanimidad, se procedió a la elección del nuevo secretario y subsecretario del Sínodo para lo cual se propuso al R.P. Sergio Hernández Carrera y la reelección del R.P. Salvador Martínez Ríos, y por mayoría de votos, el R.P. Sergio Hernández Carrera fue electo como nuevo secretario del Sínodo , el cual haciendo uso de sus facultades nombró al R.P. Pablo Ramos como subsecretario.


Se hizo la propuesta de leer todos los informes que se presentarán durante el Sínodo debido a que aunque son enviados con anterioridad muchas veces los delegados no los leen, se realizó la votación y por mayoría unánime la asamblea decidió que todos los informes fueran leídos.


Luego de la lectura del informe de la Comisión de Ministerios se cuestionó la salida del Seminario y como oficial de Evangelismo del Sr. Raúl Xavier Vázquez López luego de que se dijo que su proceso de ordenación había sido suspendido definitivamente por no haber aprobado los exámenes psicológicos que se le aplicaron.

Todos los asistentes al Sínodo escucharon todos los informes y participaron activamente en las decisiones para el futuro de nuestra Iglesia. (Foto: Vida Anglicana)

Se preguntó si sólo se tomó en cuenta este resultado o se vieron otros aspectos de su vida, ya que el seminarista Raúl estaba haciendo un buen trabajo en el ámbito pastoral. Primeramente se menciono que por carácter de privacidad y de fuero no se podían dar a conocer públicamente los resultados y que fue una decisión muy difícil pero que después de un discernimiento serio se consideró que era lo más favorable para él y para la Diócesis de México.


Se cuestionó que este examen haya sido aplicado hasta que terminó sus estudios y se disponía a ser ordenado y no antes de su ingreso, por lo que se recomendó hacerlo al inicio de todo proceso para evitar que un alumno pierda su tiempo si llegaran a decirle que ya no puede continuar, a lo que el Comité aclaró que esto había sido así siempre pero que por cuestiones económicas no se había podido realizar, pero que ahora ya es un requisito indispensable para entrar en el seminario y los alumnos actuales del seminario ya lo presentaron.


Otro punto importante del Sínodo fue cuando al Rvdo. P. Efrén Velásquez, oficial de ecumenismo y relaciones interreligiosas se le preguntó acerca de los frutos de las relaciones con otras iglesias, como el pasado encuentro Anglicano-Metodista en México, a lo cual el Sr. Obispo pidió la palabra y señaló que las relaciones se encuentran como en un ecumenismo invernal, sobre todo con la Iglesia Católica Romana, y esto ha sido causado por algunos factores ya conocidos por la mayoría como la ordenación de mujeres y cuestiones de sexualidad humana como la bendición de parejas del mismo sexo en algunas diócesis de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos y otros países, y la ordenación del Obispo de la Diócesis de New Hampshire en Estados Unidos, Gene Robinson, quien abiertamente se declaró gay y vive con su pareja.


Señaló que si se hace la comparación del actual obispo de Roma, el Papa Benedicto XVI con el fallecido Papa Juan Pablo II, se podría concluir que el anterior era de izquierda y liberal, mientras que el actual es extremadamente conservador, por lo cual cree imposible por ahora llegar a un acercamiento y que las relaciones entre ambas iglesias sean diferentes. Indicó que aunque la relación con algunas iglesias evangélicas es diferente, hay cuestiones por ejemplo de tradición histórica o a nivel de jerarquía que son difíciles de conciliar y esto hace que resalte más el ataque, a pesar de saber que hay más cosas que nos unen que lo que nos separan. El Sr. Obispo confió que algún día se pueda llegar a un nuevo ecumenismo primaveral como el que existió luego del Concilio Vaticano II.
El Rvdmo. Obispo Carlos Touché Porter (Foto:Vida Anglicana)

Comentó que aunque pareciera ilógico, hay más división entre cristianos que entre creyentes de otras nominaciones no cristianas, esto debido a que no están en competencia directa y a que son comunidades más abiertas e inclusivas a ciertas cuestiones humanas y sociales y humanas, por ejemplo la Comunidad Sufi o Kumaris.

Posteriormente, durante su informe el Revdmo. Carlos Touché Porter, destacó además de sus visitas a congregaciones, su participación como Obispo Primado de la Iglesia Anglicana de México, en la Conferencia de Lambeth, celebrada del 16 de julio al 3 de agosto del 2008, en Inglaterra; así como sus participaciones en las reuniones de Primados realizadas en Alejandría, Egipto y en San José de Costa Rica.

Asimismo recordó el 150 aniversario de los Padres Constitucionalistas, algunos de los cuales como el Padre Manuel Aguas se agruparon en la Iglesia Mexicana de Jesús, que posteriormente se llamo simplemente Iglesia de Jesús y que tras su unión con la Iglesia Episcopal de Estados Unidos pasó a ser la Iglesia Episcopal Mexicana, hoy la Iglesia Anglicana de México y llamó a todos a seguir trabajando por el futuro de la Iglesia sobre todo en estos momentos de dificultades económicas internacionales que también están afectando y ponen en riesgo a la Iglesia Anglicana de México.

Y es que el C.P. Edgar Gómez al exponer la forma en cómo hemos venido caminando económicamente y lo que se avecina en el rubro económico de la Diócesis indicó que a partir de 1995 cuando se inicio el proceso de autonomía para convertirnos en una provincia independiente de Estados Unidos en la Comunión Anglicana, la cantidad base asignada para nuestra provincia era de 918 mil 864 dólares, cantidad que disminuiría a un 4 por ciento anualmente durante un periodo de 25 años, tiempo de duración del convenio, lo cual 14 años después solo alcanza para los estipendios de los clérigos y del obispo, (70 mil pesos mensuales) sin incluir los estipendios del personal administrativo.

Los gastos de estipendios del personal laico y el desarrollo de programas diocesanos se obtienen de las promesas de las congregaciones y la crisis que se vive actualmente a nivel mundial han mermado de manera importante los recursos de la Diócesis. Durante el año de 2008, el Trust Fund (Fondo de Retiro) de la diócesis perdió 196 mil dólares, equivalente a más de 2.5 millones de pesos, los cuales ya no son posibles de recuperar. Es por esto, que la propuesta de la Diócesis para enfrentar esta disminución en sus ingresos fue incrementar la promesa diocesana y la ayuda de estipendio del clérigo en un 10 por ciento.

Con esto, se estaría recuperando solo una parte de la disminución que tenemos en nuestra apropiación; y se otorgaría un aumento para los clérigos. Después de esta explicación se pasó a votar sobre la propuesta del aumento del 10 por ciento, y con 63 votos a favor y cuatro en contra, ganó la propuesta del aumento del 10 por ciento, con lo cual hubo un efusivo aplauso a todos los delegados ya que con esto se garantiza por el momento la sustentabilidad de la diócesis.
El Revdmo. Sr. Obispo, tomó la palabra y agradeció el apoyo de todas las congregaciones a pesar de la crisis económica que se está viviendo y que muchos de nosotros hemos sido afectados por ella.

Posteriormente se pasó a la renovación del Comité Permanente ya que el R.P. Michael Long y la Dra. Alys M. Holden terminaron su periodo de servicio dentro de este Comité. Por derecho la asamblea elegiría a un sacerdote y se propuso al R.P. Salvador Martínez y al R.P. Ricardo Blanco.

Se procedió a la votación y quedó electo el R.P. Salvador Martínez con 74 votos contra 18 votos del P. Ricardo Blanco. Al Sr Obispo le tocaba proponer a un laico para unirse al Comité Permanente y propuso a la asamblea al Sr. Francisco Álvarez y al Sr. Rogelio Ángel Osnaya. El Sr. Francisco Álvarez quedó electo con 58 votos a favor contra 22 votos en contra.En el Comité de Ministerios el R.P. Salvador Martínez Ríos y la Profra. Saraí Osnaya Jiménez terminaron su periodo de servicio en este comité, y la asamblea propuso al R.P Javier García, al R.P. Luis Rábago y al R.P. Michael Long, quedando este último electo como miembro del Comité con 39 votos y el Revdmo Sr. Obispo asigna a la Sra. Maricela Gómez como nueva integrante de este comité.

La Parroquia de San Juan Evangelista nos volvió a invitar para que el próximo año el Sínodo vuelva a realizarse en esta parroquia y al no haber otra invitación y sin inconformidad alguna la asamblea lo aceptó y agradeció de corazón. La fecha del próximo Sínodo Diocesano es el día 6 de febrero del año 2010.

El Revdmo. Señor Obispo pidió a los miembros de la Parroquia de San Juan Evangelista pasaran al frente para agradecerles por la hospitalidad, la comida y hacernos sentir en casa durante la estancia en este sínodo. También se le agradeció al R.P. Carlos Leopoldo, nuevo rector de esta parroquia. La asamblea agradeció con un largo y emotivo aplauso a los miembros de esta comunidad. El comité organizador del Sínodo de la Parroquia de San Juan Evangelista, donó a la Diócesis el dinero que se recaudo para la comida de este Sínodo. Se les agradece por su gran generosidad hacia la Diócesis.

Antes de hacer nuestras oraciones finales, el Señor Obispo recordó que la Santa Eucaristía es parte del Sínodo, por lo que pidió la participación de todos los asistentes para poner en las manos de Dios todos los trabajos realizados durante este Sínodo y pedirle que nos siga bendiciendo en este caminar.

Al terminar la Eucaristía, el Sr. Obispo dio por concluido los trabajos de este Sínodo número 96.
El Obispo Carlos en compañía de todos los presbíteros de la Diócesis presidieron la Eucaristía con la que se concluyó el Sínodo (Foto: VA)

Una Iglesia nacida en México: Entrevista al Rvdmo. Carlos Touché


Por el Rvdo. Can. Daniel Caballero *


(Durante el pasado Sínodo Diocesano el Rvdmo. Carlos Touché Porter recordó un poco la historia de la Iglesia Anglicana de México, por lo cual me parece oportuno recuperar un fragmento de esta entrevista que el Obispo dio a la revista Caminos hace unos años para recordar un poco acerca de esto).


Obispo Touché-Porter (OTP): A mediados del siglo XIX, la Iglesia episcopal en México empezó como un movimiento local de reforma, con un grupo de sacerdotes y laicos católico-romanos en defensa de la libertad de cultos y la separación de Iglesia y Estado. Estos se organizaron formalmente como Iglesia en 1871. En 1875 entramos en comunión con la Iglesia episcopal de Estados Unidos y en 1906 fue cuando se dio la unión formal de la Iglesia mexicana con la Iglesia americana.


Así que, cuando alguien nos pregunta ¿cuándo llegó la Iglesia episcopal a México?, respondemos: nunca,....(se ríe).... ¡nació aquí!


Daniel Caballero: ¿Cómo ha evolucionado desde ese momento hasta el actual?


OTP: En muchos sentidos ha sido una lucha por la supervivencia; primero por obtener un obispo, ya que este grupo religioso que se separó de la Iglesia romana no contaba con obispo. Fue lo primero que solicitaron a la Iglesia americana, pero no lo concedieron hasta mucho tiempo después, lo que causó que se perdiera mucha de esa gente relacionada con el movimiento. Otro reto fue el sobrevivir en medio de una sociedad que todavía no estaba acostumbrada a la libertad y a la pluralidad religiosa. La Iglesia mexicana tuvo sus primeros mártires en 1878. También, durante la guerra religiosa que se dio en México en los años 20, muchos episcopales fueron masacrados, y no por el gobierno, sino por el grupo cristero, que culpaba a todos los no-católicos (romanos) de las persecuciones que los católico-romanos estaban experimentando por parte del gobierno de aquella época.


El siguiente reto fue caminar hacia la autonomía. Y el reto actual, ya como una Iglesia autónoma dentro de la Comunión Anglicana, es no sólo encontrar una manera de autosostenernos, y ser realmente responsables por nosotros mismos, sino también encontrar una identidad verdaderamente mexicana, que sea compatible con el entendimiento anglicano de la fe cristiana.


DC.: ¿Cuáles son las mayores dificultades?


OTP: La falta de recursos, tanto humanos como financieros, pero también la mentalidad mexicana. La mentalidad tradicional de: "no me importa si no practico la religión, pero no la puedo cambiar porque es la religión que heredé de mis padres". Una situación que he vivido en México es que para la mayoría de los mexicanos es más aceptable decir "soy católico romano no practicante" o "no creyente", que decir "pertenezco a otro grupo religioso, cristiano o no cristiano". Lo otro ha sido también que, en algunos sectores sociales, cambiar de una iglesia mayoritaria a otra minoritaria se considera como un descenso en la escala social. Y muchas veces ha sido el temor, de muchos que siempre han formado parte de la mayoría, a convertirse en parte de una minoría; donde ahora tienen que dar siempre una explicación, una justificación, de lo que antes se daba por sentado. A veces son factores psicológicos los que impiden a la gente formalizar sus relaciones con nuestra Iglesia. Tenemos muchos "anglicanos" que formalmente no lo son. Viven con nosotros pero que no se atreven a dar el paso.


El reto de Jesús fue de: "Ir, evangelizar y bautizar". Para nosotros ha sido al revés, ahora tenemos que evangelizar a los ya bautizados.

Lo que queremos es hacer de nuestra Iglesia es una comunidad evangelizadora, que una vez evangelizada salga a evangelizar a los demás.

viernes, 17 de abril de 2009

La Mayordomía ¿Como contribuimos en el sostenimiento de nuestra Iglesia?

¿Qué es la mayordomía? Es la buena y recta administración de todos los bienes creados por Dios. Todo cristiano debe administrar adecuadamente los bienes materiales que posee y también los espirituales. De tal manera que todo lo que poseamos esté al servicio de Dios. No podemos disponer a nuestro antojo de las cosas que tenemos. No podemos malgastar energía, comida, muebles, vestidos, o cualquier otro objeto; el hacerlo despreocupadamente, podría considerarse un acto pecaminoso. Si malgastamos algo, derrochamos algo que pertenece a Dios y al prójimo. Todo ha sido creado por Dios para el bien común.

En la Biblia se habla del diezmo, es decir aportar la décima parte de nuestras ganancias para ponerlos al servicio de Dios para mantener el culto en el santuario.

¿Cuánto debemos ofrendar a nuestra iglesia? Esto depende de la fe de cada uno. Una persona sin fe no dará nada. Una persona con poca fe dará poco. Una persona con mucha fe, dará mucho, porque está totalmente consagrada a Dios.

Un principio que todos debemos aprender y practicar es éste: Todo cristiano debe ofrendar regular y libremente, con alegría y sacrificio, en proporción a sus ganancias, motivado por su consagración al Señor y a imitación de Jesucristo, que se hizo pobre por nosotros con un sacrificio amoroso.

Ejemplo vivo de esta doctrina es la viuda del evangelio que entregó "todo lo que tenía para vivir" (Mc 12,41). Esta actitud demuestra que esta señora estaba entregada a Dios con toda su alma, mente y corazón. Era generosa y sacrificada.

¿Qué opina el lector? ¿Cuánta fe tendrá la persona que sólo ofrenda 10, 20, 30 o 40 pesos cada domingo? ¿Qué diremos del cristiano que viene sólo algunas veces al templo y ofrenda cada vez unos pesos? ¿Qué podremos decir del cristiano que se considera "pobre", pero gasta más de la cuenta en bebidas o diversiones, para detrimento propio? ¿Qué diremos del cristiano que es "pobre" pero gasta miles de pesos en una fiesta de quinceañera, o en una boda, y no ofrenda más que 10 pesos cuando viene al templo?

¿Quiénes deben ofrendar o diezmar? Todo el que gana algo. El primero en dar ejemplo debe ser el sacerdote o ministro de la congregación y los miembros de la Junta Parroquial. Invitamos a todos a apuntarse y aportar al sostenimiento propio de su respectiva parroquia o congregación.

miércoles, 15 de abril de 2009

Cursillistas en acción




Por Rodrigo Contreras.

El pasado 21 de marzo la Catedral de San José de Gracia fue el marco de un reencuentro de cursillistas de diversas congregaciones quienes durante gran parte de la mañana y de la tarde recordaron un poco su cursillo a través de pláticas, reflexiones, cantos y juegos.

La reunión fue presidida por los actuales rectores del Cursillo, la Sra. Gloria Ruiz Gómez y su esposo el Sr. Miguel, y se invitó al Rvdo. P. Julio Cesar Martín como rector de la parroquia a dirigir la oración de apertura y clausura.

Fue un reencuentro muy emotivo en el cual todos los cursillistas se renovaron espiritualmente rumbo al próximo Cursillo de Cristiandad número 21, que se llevara a cabo del 29 de julio al 2 de agosto del 2009 en las instalaciones del Centro Diocesano en San Ángel.



martes, 14 de abril de 2009

Los cursillistas atendieron atentamente a los expositores y participaron alegremente en las diversas actividades que se realizaron en este reencuentro en nuestra Catedral (Foto: Vida Anglicana)

domingo, 12 de abril de 2009

Anglicanos y Luteranos firmar acuerdo de intercomunión en Ecuador



Por Chris Morck*

Con la entusiasta participación de miembros y pastores de las dos iglesias, la Iglesia Evangélica Luterana del Ecuador y la Diócesis Episcopal del Ecuador Central, celebraron un acuerdo de intercomunión y fraternidad en la Iglesia Luterana en Quito el pasado viernes 3 de abril.
La celebración incluyó una congregación Luterana de habla alemana, una de habla hispana, (la Iglesia Luterana El Adviento), y una de habla Inglesa litúrgica y ecuménica (Iglesia de San Nicolás de Adviento).



La liturgia de celebración, elaborada principalmente por el Rvdo. Brian Turnbow, pastor de la congregación de habla inglesa, inició con una introducción del Rvdo. Dr. Rüdiger Schloz, pastor de la congregación luterana de habla alemana, y palabras del Rvdo. Canónigo Geoffrey Reeson, sacerdote de la Iglesia Episcopal y pastor emérito de la congregación de habla inglesa.



Después de lecturas bíblicas leídas por miembros de las dos iglesias, el obispo Wilfrido Ramos Orench de la Diócesis Episcopal comunicó la esperanza que este acuerdo, siendo “un instrumento para fortalecer nuestras iglesias y nuestros ministerios,” también pueda ser un ejemplo “de nuestro llamado cristiano de ser uno”.En su sermón, el Rvdo. Felipe Adolf-pastor de la congregación luterana de habla castellana- expresó que “es fácil dividirnos pero tan difícil buscar la unidad” y "vivir en la realidad que hay un solo cuerpo en Cristo”. Sin embargo “en todos nosotros hay este deseo de ser uno” y tenemos que mantener “una predisposición a la paz y la unidad”, expresó.



Señalando la larga trayectoria que ha precedido este momento, Adolf dijo que el Acuerdo, siendo “un inicio, no un final,” es “un paso mas a la concretización de la fraternidad y puede ser un soporte para ayudarnos a superar nuestras limitaciones”.



Como un signo visible de la unidad expresada por este compromiso de intercomunión, después de la firma del Acuerdo entre representantes de las dos iglesias, la celebración concluyó con la Santa Comunión.



"Damos la bienvenida a este acuerdo entre la Iglesia Evangélica Luterana del Ecuador y la Diócesis Episcopal de Ecuador Central, que es parte de una serie de conversaciones entre anglicanos y luteranos, que hay en el mundo, incluyendo nuestro acuerdo con la Iglesia Evangélica Luterana en América", dijo Thomas Ferguson, asociado adjunto para las relaciones ecuménicas e interreligiosas de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos a Episcopal News Service. "Se habla de la naturaleza cada vez más globalizada de nuestro mundo y las oportunidades para compartir la misión y el ministerio", agregó.



El acuerdo al que se refiere Ferguson es la relación de plena comunión, en vigor desde 2001, entre la Iglesia Episcopal y la IELA, conocido como "Llamados a la misión común,". El acuerdo llama a ambas iglesias a conservar su autonomía y las estructuras, pero estar de acuerdo en trabajar juntos para unirse a la misión y el testimonio en el mundo.




* Chris Morck es un misionero de la Iglesia Episcopal que vive en Quito, Ecuador, donde el trabaja con la Diócesis Episcopal Central de Ecuador y el Concilio Latinoamericano de Iglesias.




Oración



Oh Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nuestro único Salvador, el Príncipe de Paz: Danos gracia para que de corazón consideremos seriamente los grandes peligros en que nos hallamos por nuestras desdichadas divisiones. Aparta de nosotros todo odio y prejuicio, y cuanto pudiere impedir una santa unión y concordia; para que así como no hay más que un Cuerpo y un Espíritu, una esperanza de nuestra vocación, un Señor, una Fe, un Bautismo, un Dios y Padre de todos, así seamos todos de un corazón y una alma, unidos en vínculo sagrado de verdad y paz, de fe y caridad, y con una mente y una voz te glorifiquemos; por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Fotografía: El Obispo Episcopal de la Diócesis Central de Ecuador, Wilfrido Ramos firmó un acuerdo de intercomunión con el Rev. Dr. José Egas, presidente de la Iglesia Evangélica Luterana de Ecuador, y Alexandra Berning, secretaria de la Iglesia Luterana. (Foto: Episcopal News Service)

Catedral de San José de Gracia: Un símbolo que debe perdurar


La Catedral de San José de Gracia, construida en 1661, es el edificio más antiguo en Latinoamérica donde se dirigen servicios anglicanos. El edificio ubicado en la calle de Mesones #139, tuvo como origen una casa de mujeres fundada en el siglo XVI dedicada a Santa Mónica, que albergaba viudas y abandonadas, para alejarlas de los peligros de la vida mundana.



Debido al estado de decaimiento en que se encontraba, ya en el siglo XVII (1610) se decidió establecer allí mismo un convento, el cual llevó el nombre de Santa María de Gracia, asegurándoles a las recogidas que continuarían teniendo cobijo. Don Fernando de Villegas, rector de la Real y Pontificia Universidad, se ofreció raudo y veloz a fundarlo y sostenerlo, a condición de que lo manejaran sus ocho hijas y su suegra, monjas todas ellas, de diferentes instituciones religiosas, que habrían de dedicarse a la enseñanza de niñas.



Para dar cabida a las nuevas religiosas con sus sirvientas, Don Fernando adquirió unas casas aledañas y construyó una capilla para que monjas y recogidas escucharan la misa. Al paso del tiempo ingresaron más novicias y las casas resultaron insuficientes, por lo que un buen día --malo para las recogidas-- las monjas abrieron un boquete en el muro que separaba ambas casas, pasando por él a sirvientas y niñas, para que arrojaran a las viudas y abandonadas, apropiándose de las instalaciones.



Así continuó creciendo el convento hasta la muerte del fundador, cuyo heredero se negó a seguir sosteniéndolo, con lo que comenzó a deteriorarse, al grado que la capilla ya no se pudo utilizar. Sin desanimarse, las religiosas buscaron otro benefactor, logrando que Don Juan Navarro de Pastrana les reedificara convento e iglesia, dejándoles además rico legado para que continuaran en la bonanzas tras su fallecimiento, cosa que, en efecto, sucedió, pues cuando abandonaron el convento por las Leyes de Exclaustración, poseían 52 casas que les proporcionaban jugosas rentas.



La obra empezó el 19 de marzo de 1659 y se concluyó dos años después, en 1661, y el 4 de noviembre se bendijo solemnemente ahora con el nombre de San José de Gracia, ya que, además de que se inició su construcción un día de San José, la hoy calle de Mesones llevaba precisamente el nombre de San José de Gracia.



Desde entonces y hasta el año de 1863, tanto el convento como el templo estuvieron en uso ininterrumpido por la Iglesia Católica Romana; pero con la exclaustración de las religiosas en ese año, el convento fue fragmentado y vendido. En 1867 con el triunfo de la República, el presidente Don Benito Juárez decidió la confiscación de los bienes del clero que estaban sirviendo para fomentar la guerra civil, dispuso del primero para cuartel en tanto que el templo quedo clausurado y vacío por completo.



Con los años las instalaciones conventuales fueron destruidas y la iglesia se salvó, gracias a las gestiones del Pbro. Enrique C. Riley, clérigo de nacionalidad chilena que vino a México enviado por una sociedad interdenominacional de Nueva York interesada en la reforma religiosa, para que ayudara a organizar la naciente iglesia. En 1869 el gobierno se lo vendió para su uso en 4 mil pesos, precio tan irrisorio en aquel tiempo que el mismo Ridley lo consideró como un regalo del presidente Juárez.



La Iglesia de Jesús que posteriormente tras entrar en comunión en 1906 adoptaría el nombre de Iglesia Episcopal Mexicana, y más tarde el de Iglesia Anglicana de México, respetó la elegante fachada en la que sobresalen las portadas gemelas, características de los templos de monjas. Ambas muestran columnas parcadas y almohadillas en el primer cuerpo; el segundo está decorado con un frontón roto que enmarca una gran ventana, todo labrado en fina cantera.



Una vez reacondicionado. el templo se abrió al culto público de la Iglesia de Jesús, habiendo sido ocupado por la congregación que hasta entonces había estado reuniéndose en un local situado en la calle de San Juan de Letrán, hoy Eje Central Lázaro Cárdenas, y que quedó desde esa ocasión bajo el cargo pastoral del Pbro. Agustín Palacios, profundo teólogo y controvertista que, junto con otro gran sacerdote tan sabio como humilde, el Pbro. Manuel Aguas, quien fue electo primer obispo de la Iglesia de Jesús, y para quien se solicitó a la Iglesia Episcopal de Estados Unidos su ordenación para obtener la sucesión apostólica, pero que desafortunadamente murió sorpresivamente en 1872 y ya no pudo ser ordenado. Ambos se constituyeron en formidables y celosos caudillos y defensores de este movimiento histórico.



Es difícil encontrar en la historia de esta iglesia un acontecimiento de mayor celebridad y trascendencia para su futuro, que aquel del memorable 2 de julio de 1871, cuando se escucharon y retumbaron por todas las paredes del templo las palabras victoriosas e imponentes del Padre Aguas, “Roma ha huido”; Y es que el Pbro. Aguilar y Bustamante, distinguido teólogo católico romano escogido por sus correligionarios para combatir al Padre Aguas y al movimiento que encabezaba, lo retó a un debate público que habría de sostenerse en nuestra iglesia máxima y nunca llegó a presentarse. “El efecto que produjo este suceso”, leemos en una revista publicada a principios de siglo, “se hizo sentir en toda la República, de todas partes escribían para felicitarlo y consultarlo acerca de algunas dudas sobre puntos religiosos y pidiéndole biblias, folletos y el libro provisional de oración. En pocos meses se organizaron 72 congregaciones”.



Si no hubiera otras razones, la que nos brinda este solo hecho bastaría para afirmar que en la Catedral de San José de Gracia, la Iglesia Anglicana de México tiene no solo su cuna sino el símbolo más elocuente y expresivo de sus ideales y aspiraciones: ser, en fidelidad y obediencia a su Señor, centro de difusión de la luz más pura del catolicismo evangélico para el pueblo mexicano.En enero de 1933 el Templo de San José de Gracia fue constituido formalmente como Catedral de la Iglesia Anglicana de México, al ser instalado como Obispo Sufragáneo de México el Ilmo. Efraín Salinas y Velasco. Finalmente en los años 60’s del siglo XX la Iglesia Anglicana de México remodeló el templo siguiendo las reformas litúrgicas de aquellos años y se construyó el moderno edificioanexo que, dedicado a la memoria del Padre Aguas, alberga el amplio salón parroquial que perpetua el recuerdo del Deán Gómez, los salones de clase de la escuela dominical, la casa habitación para el rector de la Catedral y el estacionamiento.



Actualmente, a pesar del deterioro natural de más de tres siglos de uso y continuo, y por los sismos que periódicamente sacuden a la ciudad y las obras de remodelación del Centro Histórico, la Catedral sigue siendo con santa satisfacción, la Catedral nacional anglicana del país.
Noticias

* Melchor Saucedo, de 94 años de edad, obispo jubilado de la Diócesis del Occidente de México, de la Iglesia Anglicana de México, que tiene su sede en Guadalajara, fue homenajeado recientemente por sus 45 años de consagración. El acto tuvo lugar en la Iglesia del Buen Pastor, en San Martín de las Flores, Tlaquepaque, Jalisco. Felicitaciones.
* La congregación de San Marcos continúa con la construcción de su capilla y para recaudar fondos para la colocación del techo están realizando varios eventos y actividades como parte de una campaña titulada “Con todo el peso para el techo”, algunos de los cuales fueron presentados en un video en el pasado Sínodo diocesano, donde además vendieron algunos artículos elaborados por miembros de la misma congregación y otros artículos varios. Su tiendita visitara en domingos posteriores algunas congregaciones en el DF.

* Continúa a la venta el libro “Catolicismo Anglicano” del Rvdo. P. Julio Cesar Martín en la oficina diocesana. Precio $100.00

* Michael Nazir-Ali, 59, obispo anglicano de Rochester Inglaterra anunció su jubilación para el mes de septiembre. El obispo, de origen pakistaní, fue uno de los 230 obispos que boicoteó la Conferencia de Lambeth el año pasado. Su jubilación prematura se debe a que no se siente en comunión "con aquellos que han ordenado a un obispo cuyo estilo de vida es contrario a las enseñanzas de la Biblia a través de los siglos".