lunes, 15 de febrero de 2010

Guardar una santa Cuaresma: Orando, ayunando y ofrendando

Por Katharine Jefferts Schori*

La Iglesia paulatinamente adoptó la disciplina de la Cuaresma en solidaridad con aquéllas que se estaban preparando para el bautismo durante la vigilia pascual.Esta preparación tradicionalmente ha sido resumida en la oración y el estudio, el ayuno y en hacer ofrendas para obras de necesidades. Éste es un momento para recordar los orígenes de la cuaresma, adoptar nuestras costumbres tradicionales y cumplirlas durante estos cuarenta días y sus domingos como preparación para la renovación de nuestras promesas bautismales.


Esta antigua costumbres de orar, estudiar, estudiar, ayunar y ofrendar moldea la forma en que vivimos. Cada uno de nosotros es bautizado en una vida de relación con Dios (oración), relación con uno mismo en nombre de otros (ayuno), y una relación con el resto de la creación (ofrendas). La cuaresma nos ofrece una oportunidad regular de ajustar nuestra vida y relaciones cristianas.


¿Qué pasa cuando llevamos un automóvil para hacerle un ajuste (tune-up)? Para muchos de nosotros esta tarea ya no es necesaria, porque no podemos conectarnos con las computadoras de los automóviles. Sin embargo, no es difícil para quienes tienen habilidades, idoneidad y herramientas para hacerlo. La vida espiritual de un cristiano también puede beneficiarse con la ayuda de técnicos: presbíteros, directores espirituales, confesores, reuniones de cursillos o grupo de doce pasos. La oportunidad de revisar el funcionamiento de las bujías, el cambio de aceite, la verificación de la comprensión de un cilindro y la rotación, y tal vez, el reemplazo de los neumáticos aseguran el buen funcionamiento de los automóviles.

La misma clase de atención a la vida espiritual nos puede dar mejor entendimiento (energía concentrada en una vida productiva) y transporte provechoso (cómo llegar desde nuestro punto de partida a nuestro destino). Aprender las reglas del camino puede hacer que un viaje sea mucho más placentero, tanto para nosotros como para otros (Los primeros seguidores de Jesús llamaban esta práctica “el camino”.) Los vehículos humanos necesitan una buena conexión con la fuente de vida, orientación y dirección (oración y estudio), mantenimiento regular (ayuno), y formas provechosas para conectarse con el mundo (ofrendas).

Esta cuaresma nos puede dar la oportunidad de aprender nuevas formas de orar, aprender la enseñanza de los apóstoles o estudiar lo que dice Jesús sobre el dinero. También puede ser la oportunidad para adoptar una nueva disciplina de oración, tal vez buscando la imagen de Dios en cada persona que encontramos en la calle oser agradecidos por aquellas bendiciones ocultas de la creación que nos desafían (días grises, virus mosquitos, (aunque yo todavía sigo tratando sobre los mosquitos).

Podemos seguir practicando ser compasivos con el colega que nos vuelve loco (y tal vez buscar ayuda para aprender mejores formas de relacionarnos con los demás.

Ayuno

La antigua tradición del ayuno nos hablan sobre la autodisciplina en lo que comemos y bebemos y en el mundo actual, sobre el uso prudente de los bienes naturales, no sólo aquéllos que compramos en la tienda, sino también en el uso del agua, qué hacemos con el aire que nos rodea, qué hacemos con los residuos y el tamaño de nuestra huella de carbono. Es un medio para reconocer que el uso que hacemos de las bendiciones de la creación tiene una importante relación sobre la forma en que nuestro prójimo puede disfrutarlas.

Ofrendas

Hacer obras de misericordia ofrendando expresa nuestra preocupación por los necesitados. La palabra tiene la misma raíz “Eleison” (Kyrie eleison =Señor ten piedad), y realmente significa ser compasivo. ¿Cómo tratamos y respondemos a quienes cerca y lejos de nosotros están “clamando en el desierto”? La tarea de la cuaresma es el cultivo de un corazón compasivo que modelará todos nuestros encuentros durante el resto del año y en los años venideros.


Las escuelas dominicales generalmente escogen una forma específica de ofrendar durante la cuaresma, como, por ejemplo, llenarun recipiente de peniques para un Programa de Vaquillas o sirviendo una comida en un refugio para personas desamparadas. El hacer obras de misericordia tradicionalmente ha significado actuar compasivamente con nuestro dinero, pero también debemos pensar sobre la forma en que ejercemos misericordia con nuestro tiempo y talentos.

Este año la cuaresma se inicia al comienzo de febrero. Permítanme invitarle a hacer un ajuste (tune-up) de su vida espiritual. Use una hora para hacer un inventario (una lista de problemas). ¿Falta calor en alguna bujía? ¿Algún neumático necesita más aire? ¿Necesita más aceite? ¿Qué hará con los residuos y suciedades? El altar, en un espíritu de arrepentimiento y retorno, no es muy diferente a un centro de reciclado, donde lo viejo es transformado en algo nuevo. ¡Que el viaje de este año sea muy bendecido!

* Obispa presidenta de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos de América.

Mensaje de Cuaresma 2008. Tomado de la revista
Credo (Revista de la Iglesia Episcopal Puertorriqueña)


Oración



Padre nuestro, que estás en el Cielo, durante esta época de arrepentimiento, ten misericordia de nosotros. Con nuestra oración, nuestro ayuno y nuestras buenas obras, transforma nuestro egoísmo en generosidad. Abre nuestros corazones a tu Palabra, sana nuestras heridas del pecado, ayúdanos a hacer el bien en este mundo. Que transformemos la oscuridad y el dolor en vida y alegría. Concédenos estas cosas por Nuestro Señor Jesucristo.


Amén.

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