domingo, 21 de diciembre de 2008

Mensaje de Navidad del Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams


Los seres humanos, abandonados a sí mismos, han imaginado a Dios en todo tipo de formas, pero - aunque hubo uno o dos casos, en la antigua Grecia y el antiguo Egipto, de dioses siendo representados como niños – le tocó al cristianismo introducir al mundo la idea de Dios en la forma de un bebé: en la forma de completa dependencia y fragilidad, sin poder o control. Si tú te detienes a pensar en ello, todavía es incomprensible y también es muy difícil.

Dios escogió mostrarse a sí mismo a nosotros en una completa vida humana, diciéndonos que cada etapa de la existencia humana, desde la concepción hasta la madurez e incluso la muerte, fue en principio capaz de decirnos algo acerca de Dios.
A pesar de lo que aprendemos de Jesucristo y lo que su vida hace posible es único, esta vida sigue significando que nosotros miramos diferente a cada otra vida. Hay algo en nosotros que es capaz de comunicar lo que Dios tiene que decir - la imagen de Dios en cada uno de nosotros, que se expresa en su perfección sólo en Jesús.

De ahí la reverencia que como cristianos tenemos que mostrar a los seres humanos en todas las condiciones, en cada etapa de la existencia. Esta es la razón por la que no podemos considerar que los niños no nacidos como menos que los miembros de la familia humana, porque aquellos con discapacidad o las privaciones no tienen menos demanda a nosotros que cualquier otra persona, porque nosotros tratamos de hacer un sentido amoroso de la vida humana, incluso cuando se está cerca de su final y difícilmente podemos ver todos los signos dejados de libertad o pensamiento.
Y, por tanto, la preocupación que debemos tener sobre el bienestar de los niños. Al mirar alrededor del mundo, hay mucho que nos incita a mucho más que la ira y la protesta sobre lo que sucede a los niños a menudo, más de lo que pareciéramos sentir o expresar. En el Reino Unido este año se han producido varios debates públicos sobre la infancia, así como investigaciones que han puesto de relieve la falta de seguridad emocional que sienten muchos niños aquí, el alto costo del divorcio y la desintegración familiar, el efecto desproporcionado de la pobreza y la deuda en los niños, y muchos otros problemas. Esperamos con interés la publicación aquí, en el Año Nuevo de una encuesta nacional sobre lo que la gente piensa que es una "buena infancia" - patrocinada por la Sociedad de la Infancia, una asociación con una larga historia en la Iglesia Anglicana.
En otros lugares, vemos muchos más horrendos signos - los niños soldados siguen desplegados en partes de África y en Sri Lanka, la carga sobre los niños establecidos en lugares donde el VIH y el SIDA han aniquilado a toda una generación, dejando sólo los ancianos y los jóvenes, la suerte de los niños en las zonas de conflicto, como Congo y el Oriente Medio y el insensible trato que se da con tanta frecuencia a los niños refugiados y solicitantes de asilo en los países más prósperos.
“Aunque un niño ahora lo ven, deberá llenar el trono de su trono del Padre" dice el himno de Navidad.
Si bien es cierto que el niño de Belén es el mismo que vendrá otra vez en gloria para juzgar a los vivos y los muertos, ¿cómo vamos a estar ante él, si hemos permitido que su imagen en los niños del mundo sea objeto de abuso y desfiguros? En la semana que escribo esto, el público británico está tratando de hacer frente a la revelación del escandaloso asesinato de un niño muy pequeño.
Recientemente he acompañado un número de estudiantes y líderes religiosos británicos en una peregrinación a los campos de exterminio en Auschwitz, donde algunas de las más inolvidables horribles imágenes tienen que ver con la mayor masacre de los niños judíos - sus juguetes y la ropa todavía en ellos, saqueados por sus asesinos de sus cadáveres.
Navidad es un buen momento para reflexionar sobre nuestras actitudes hacia los niños y sobre lo que sucede a los niños en nuestras sociedades. Los cristianos, quienes reconocemos el infinito y omnipotente Dios en la vulnerabilidad de un bebé recién nacido, tienen todas las razones para hacer preguntas difíciles acerca de las maneras en las que los niños llegan a ser despreciados, explotados, incluso temidos en nuestro mundo. Todos nosotros sospechamos que en un momento de crisis económica en todo el mundo, será el más vulnerable que dejará llevar la mayor parte de los costos humanos. El Santo Niño de Belén exige de nosotros que nos resistamos con todas nuestras fuerzas, por el bien de cada uno, ya que aunque él fue rico, por nuestra causa se hizo pobre, se convirtió en impotente con el desamparado a fin de que puedan exaltar a todos nosotros a través de su abundante misericordia y gracia.
Con cada bendición y los mejores deseo para la Navidad y el Año Nuevo.
Rowan Cantuar.
Diciembre 2008

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